Egresados importantes de la UCV: Sara Bendahan (1906-1946)
En Medicina, darle un vistazo de vez en cuando a la historia, a los orígenes de algo, resulta siempre interesante y ayuda a comprender el proceso de la sociedad que somos.Las carreras universitarias, lejos de ser posibles objetos de estudio para ambos géneros, las que inicialmente se ofrecían –la Teología, la Medicina, la Filosofía y el Derecho– eran una gran opción de estudio para los hombres y casi ninguna para las mujeres. Para la mujer se reservaban roles y oficios como los de esposa, madre, ama de casa y costurera, en el mejor de los casos.
La historia de esta valiente pionera nacida en Guatire en febrero de 1906, de padres inmigrantes que vinieron del norte de África, se reveló con precisión hace apenas unos pocos años, gracias a la investigación cabal realizada por la también doctora Sonia Hecker. Esta egresada con el titulo de Doctora en Ciencias Médicas de la Universidad Central de Venezuela, ha combinado el ejercicio de la docencia y la investigación científica con el de escritora de cuentos -con dos libros publicados-, además de artículos de opinión y ensayos científicos. Sin embargo, por los innumerables problemas que tuvo, apenas pudo obtener el titulo el 31 de Julio de 1939.
SUS ESTUDIOS
En 1.923 Sara presentó los exámenes para obtener su certificado de Suficiencia de Instrucción Secundaria, sacando 20 en las tres pruebas, escrita, oral y práctica. En septiembre de 1924 ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela. Cursa los dos primeros años con excelentes calificaciones. Cuando está en tercer año, enferma de tuberculosis pulmonar. Se va a Los Teques en procura de un clima favorable y de reposo, que le permitan mejorarse, en esa época en la que aún no existían los antibióticos. Sin embargo no deja de estudiar; en septiembre presenta los exámenes de tercer año y pasa bien en todas sus materias. Prosigue sus estudios hasta 1930, aprobando todo el contenido del programa, sin lograr curarse totalmente de su enfermedad. No es tan sólo el sufrimiento físico. “Mis seis años de estudiantado fueron seis años de calvario con todas sus estaciones, sin faltar una, debido a los tiempos que atravesábamos: incomprensión, preconceptos arcaicos, falta de costumbre de ver a las mujeres en las aulas, maledicencia, envidia, pequeños caciquismos en cada jerarquía, groserías innatas, de unos, persecuciones sistematizadas de los otros, pasiones políticas encontradas. Desde el bachillerato hice toda la carrera sola: única mujer. Exótica en aquellos ‘predios’ de varones, fui por la fuerza de las circunstancias poca compañera de la generalidad de mis compañeros; para ellos se anteponía por falta de costumbre, la mujer a la estudiante…no queriendo comprender o no comprendiendo cómo `una mujer´ podía estudiar medicina sin ser un marimacho, sin perder su decoro, sin mengua de su honestidad”.
Abatida por la enfermedad, por un desengaño amoroso, por la muerte de algunos familiares y amigos muy queridos, Sara destruye la tesis que había preparado como requisito para la graduación y, faltándole sólo la entrega de ésta y la presentación de un examen integral, abandona la universidad. “Mi vida, en estos años que separan el término de mis estudios de la adquisición del título Doctora en Ciencias Médicas, ha sido muy cruel. Fui anti-social y mi corazón estuvo muerto mucho tiempo porque otros redujeron a cenizas el sagrado fuego que lo animaba. Si mi espíritu estuvo enfermo, ahogándose a veces en los ásperos recuerdos del pasado, fue porque me comprimieron férreamente en el molde demasiado estrecho de los convencionalismos…” Mientras tanto, la situación del país se va modificando, y junto con el cambio político que se produce a la muerte de Juan Vicente Gómez a fines de 1.935, la mujer va ganando espacios. Varias revalidan sus estudios de medicina y Lya Imber, nacida en Rusia, estudia esta carrera en la Universidad Central de Venezuela y se gradúa en 1.936. Sara escribe: “La mujer, a Dios gracias, trafica hoy por el claustro universitario con la misma facilidad y desenvoltura que su compañero del opuesto sexo. Ya no es utopía hablar de las actividades de la mujer; por fin la venezolana en actitud valiente y decidida se lanzó de lleno en el campo prohibido de la ciencia y anhela la igualdad de derechos de los cuales el primero es el sagrado derecho de instruirse”. Entre los exiliados que regresan al país está Rafael Augusto Vegas, quien había sido compañero de Sara en sus primeros años de estudio. Su influencia sobre Sara parece haber sido determinante en su decisión de obtener finalmente su título.
EL TRIUNFO
En el discurso hecho por Sara en el acto de graduación, con el que cierra el largo sueño de verse graduada de médico en la Venezuela de finales de los años 30 -9 años después de finalizar los estudios de pregrado y tras vencer una larga cadena de problemas personales e incluso una penosa dolencia de salud que en varias ocasiones le interrumpió la culminación de su tesis doctoral, hace una síntesis de su vida y de su esfuerzo. En él recuerda a sus profesores, familiares, amigos, y agradece a todos los que contribuyeron a que pudiese lograr su meta.
Después de graduada, Sara se casa y tiene una hija, pero los sueños que tenía en cuanto al ejercicio de su profesión, tal como la idea de llevar a cabo un estudio exhaustivo sobre la prevención de la prostitución, no alcanzan a realizarse. Su salud sigue siendo precaria. La muerte le llega en 1.946. Queda Sara Bendahan para la historia de la medicina nacional, como la primera mujer que cursó completos los estudios de esa profesión, y la primera venezolana en graduarse. Fue en nuestro país una abridora de caminos en la incorporación de la mujer a la vida ciudadana, superando la estrechez de una sociedad atrasada y prejuiciosa, y venciendo además, la limitación que su enfermedad le imponía.
Fuente: http://encartesaludaldia.com/la-primera-mujer-que-en-venezuela-estudio-medicina-sara-bendahan/
http://www.desderubio.com/sara-bendahan-primera-medica-venezolana/
Realizado por: Michelle Manosalva.
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