jueves, 6 de noviembre de 2014

El Atleta

 Nombre: El Atleta.
 Autor: Francisco Narváez.
 Año: 1952
 Ubicación: Ciudad universitaria, cercanías del Estadio Olímpico.



  El Atleta, es una escultura elaborada en piedra de Cumarebo en 1952 por el insigne escultor venezolano Francisco Narváez, especialmente para ser parte del complejo deportivo de la Ciudad Universitaria de Caracas formando parte del Estadio Olímpico Universitario. Narváez caracterizado por sus trabajos ancestrales de la figura humana que buscan llevarnos al inicio de nuestra identidad, nos presenta en El Atleta una figura voluminosa, desatancando una gran musculatura en una actitud pasiva que no deja de ser intensa; la critica considera que El Atleta “marca un punto culminante en su proceso de depuración; la figura, muy estilizada, está resuelta con grandes planos geometrizados y esquematizados, y se aleja del realismo figurativo de sus piezas anteriores”.




               Réplica realizada en yeso y anime por Luz Guillen.


                           Bibliografía de Francisco Narvaez.



Nació en Porlamar, estado Nueva Esparta, el 4 de octubre de 1905 y falleció en Caracas el 13 de julio de 1982. Se inicia como artesano, estudia en la Academia de Bellas Artes de Caracas y, más tarde, en París, en la Academia Julian y en el taller del escultor Pompon. Su primera exposición la efectuó en el Club Venezuela, en 1928, poco antes de irse a Europa a cursar estudios de arte. Dos años después, inaugura en el mismo club una muestra en la que recoge las influencias recibidas de la genéricamente llamada escuela de París. Inclinado definitivamente hacia el campo escultórico, inicia en 1934 sus primeros trabajos ornamentales para el urbanismo de Caracas, y ejecuta la fuente del Parque Carabobo. En esa misma década le son encargados los relieves para los edificios del Museo de Bellas Artes de Caracas y el Museo de Ciencias Naturales, ambos proyectos del arquitecto Carlos Raúl Villanueva. El criollismo cultivado por Narváez en su pintura, luego abandonado para expresarse con postulados del modernismo urbano, será trasladado por el artista a lo escultórico. Con el tiempo, Narváez abandonó la tendencia figurativa y va hacia el campo de la abstracción, a menudo con escala monumental. Entre las numerosas exposiciones realizadas en vida destacan: Ateneo de Caracas, 1934 y 1936; MBA, 1956, 1958; Sala de la Fundación Mendoza, 1956, 1957, 1958, 1959, 1961, 1964, 1966; MACC, 1976, 1980; GAN, 1980 y 1982. Fue galardonado con los premios nacionales de Escultura y Pintura del Salón Oficial de Arte Venezolano, 1940 y 1948, respectivamente.

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